El cobre y el magnesio, dos minerales que escasean en la dieta de muchas personas, se hallan en abundancia en el anarcado.
Los anacardos son muy apreciados en los países de donde son originarios y cada vez se utilizan más en la cocina vegana, internacional y de vanguardia.
Su delicado sabor, muy particular, y su textura melosa los hace muy diferentes a otros frutos secos, especialmente cuando se cocinan.
Tienen una gran afinidad con especias como la pimienta o el cardamomo y con otros ingredientes como el coco o el jengibre.
Esto los hace muy atractivos para los cocineros orientales, especialmente de la India, que lo utilizan con frecuencia en numerosas recetas.
Beneficios del anacardo:
La extraordinaria composición del anacardo se traduce en una serie de beneficios para el bienestar y la salud.
- Baja el colesterol y los triglicéridos:
El perfil de las grasas del anacardo es óptimo para controlar el colesterol y los triglicéridos, lo que disminuye el riesgo de sufrir trastornos cardiacos. El efecto de su fibra y antioxidantes lo reducen aún más.
Varios estudios indican que consumiendo raciones moderadas –un puñado– de frutos secos cuatro veces a la semana el peligro desciende un 37 por ciento.
Como la calidad de las grasas del anacardo es mejor que la de la media de frutos secos se puede presumir que el porcentaje pueda ser más alto en su caso.
A la definición del anacardo como alimento beneficioso para el sistema cardiovascular contribuye su contenido en fitoesteroles, tocoferoles y escualeno, todos ellos compuestos vegetales antioxidantes que reducen el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Los fitoesteroles, que forman parte de la composición natural del anacardo, son los mismos que se añaden artificialmente a determinados alimentos para venderlos como cardiosaludables.
- Huesos y músculos en forma:
Los anacardos son una fuente abundante de magnesio, mineral que forma parte de los huesos y, mediante un mecanismo de equilibrio con el calcio, contribuye a la relajación y el buen estado del sistema nervioso y de los músculos. El magnesio es tan necesario para la fortaleza de los huesos como el calcio.
- Tranquilizante e inductor del sueño:
El anacardo es una de las principales fuentes alimentarias de triptófano. Este aminoácido es precursor de la síntesis de serotonina, un neurotransmisor que se asocia con la sensación de bienestar.
En concreto su equilibrio en relación con otros neurotransmisores es necesario para regular el apetito y la temperatura corporal, para las funciones intelectuales, para controlar la ansiedad y para el ritmo del reloj interno que determina los ciclos de descanso nocturno y vigilia.
El triptófano se considera un estimulante del sueño y de la sensación de placer, por lo que es una buena idea irse bien servido a la cama.
Al efecto del triptófano se suman los de las vitaminas B. Incluso una ración moderada de 30 g aporta el 5% de las necesidades diarias de vitamina B2 y el 6% de las de vitamina B1 y B6. Esta, en combinación con el triptófano, tiene un efecto positivo sobre los estados de ánimo depresivos.
- ¿Es afrodisiaco?:
En regiones de Brasil y Centroamérica, el anacardo tiene fama de afrodisiaco, algo que se dice de muchos alimentos, sobre todo si poseen formas llamativas, pero que en su caso pudiera estar justificado por la abundancia de cinc, un mineral necesario para la síntesis de hormonas sexuales masculinas.
El Hombre del Saco te recomienda utilizarlos de la siguiente manera en tus recetas:
Puede enriquecer platos de arroz basmati, cuscús y sobre todo bulgur, un trigo partido y precocido de sabor dulzón, que se realza mucho si se le añaden unos cuantos anacardos tostados.
Salteados con espinacas y un poco de ajo, resultan deliciosos y combinan bien con todo tipo de hortalizas, incluso alcachofas. Bien picados también pueden dar consistencia y textura a croquetas de mijo o seitán.